Apreciadas/os compañeras/os:
Aunque no puedo decir que fui su amigo recuerdo a Livio con mucho cariño porque el destino alfabético que imperaba en la Escuela de Medicina (cab y cas) hizo que pasáramos mucho tiempo juntos en el laboratorio y en el hospital. Recuerdo por lo menos en este momento que eso sucedió en biología y 4 años mas tarde en ginecología.
Aprendí a apreciar su entusiasmo, su dedicación al estudio, su buen humor, su bonhomía, su ironía generosa, y también su elegancia. Vienen a mi mente ahora que lo recuerdo, las discusiones inacabables e intensas que el tenia con Jaime Caro (otro Ca) y en las cuales Livio siempre terminaba pasando su brazo por la espalda de Jaime con algún comentario de buen humor para acabar la discusión de manera amigable como siempre, y como lo hacia a veces conmigo, y con tantos otros.
La conversación animada sobre temas profesionales y no profesionales como el football y la política era una característica de la personalidad Livio y yo la experimente con agrado muchas veces también viajando en su VW por Nuñoa, hacia y desde la escuela, por los empedrados de Avenida La Paz, Pedro de Valdivia e Irarrázaval.
Espero y deseo que el trance de Livio hacia el descanso sea tranquilo, acompañado de su familia y amigos y que su memoria permanezca ejemplarmente con nosotros.
Para reflejar mejor lo que siento traduje de manera poco poética y con limitaciones fragmentos de los versos de una canción favorita mía llamada “El sueño de Bob Dylan” , que tanto en la letra como en la melodía refleja perdida, ya que Bob Dylan quien compuso la letra uso una melodía famosa del folklore ingles, “Lord Franklin”, que trata de un marino que se perdió en el Ártico.
Viajando en un tren hacia el oeste …
Soñe un sueño triste …
Con los ojos húmedo vi la pieza
Donde con mis compañeros pasamos tantas tardes
Donde sorteamos tantas dificultades
Riendo y cantando hasta la madrugada …
… Donde estábamos satisfechos y contentos
Bromeando y conversando acerca del mundo
Con corazones deseosos, en el calor y en el frio
Nunca pensamos que llegaríamos a viejos
Creíamos que estaríamos eternamente alegres
Cuando eso era posible tal vez una vez en un millón
Era entonces fácil distinguir el blanco del negro
Y también distinguir el bien del mal
Y como nuestras posibilidades eran infinitas
Jamás pensamos que nuestro camino se acabaría
Cuantos años se han pasado y se han ido
Cuantos partidas se han ganado y se han perdido
Y cuantos caminos distintos tomamos
Y a tantos no los hemos vuelto a ver
Deseo, deseo en vano
Que nos pudiéramos sentar todos juntos nuevamente
Daría un millón de dólares al menor gesto
Para que nuestras vidas volvieran a ser lo que fueron
Un abrazo a todos
Felipe
Felipe C. Cabello, MD
Professor
Department of Microbiology
and Immunology
New York Medical College
15 Dana Road, Valhalla, NY 10595
Phone: 914 594 4182
Fax: 914 594 4176
Email: cabello@nymc.edu
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