55 Años de Profesión

ULTIMO TRAMO
Ha sido un largo recorrido, lleno de maravillosas experiencias.
No dejemos que se pierdan en el camino.
Este Blog invita a cada uno de los compañeros de la Generación 1967 a contar su historia y compartirla con el resto.

QUE FUE DE MI...EN ESTE MEDIO SIGLO por Miguel Gasic Brzovic

La inminente cercanía a un nuevo 10 de Mayo, en esta ocasión de muy especial significación por ser el cincuentenario de egreso, me pareció fecha propicia para un…

 “Qué fue de mi …… en este medio siglo”. 

El recuento que cada uno haga, será muy entretenido y nostálgico, no solo para quien revisa sus recuerdos, si no también para toda la clase, la mayoría de los cuales desconocen las historias de aficiones y talentos paralelos a la medicina de sus compañeros.
La idea fue rápidamente llevada al papel, de forma magistral como siempre, por el artista visual que en suerte nos tocó tener en nuestro curso, Luís Fernando Vera. El entretenido relato de su historia lo copio para contar la mía, que es la que recuerdo y probablemente en alguno de sus episodios,  no como fue. 

BIOGRAFIA:  
Miguel Eduardo Gasic Brzovic

Nací hace 74 años, un día viernes 28 de Agosto de 1942, a las 03:00 horas, en la Clínica Santa María inaugurada pocos años antes. Peso 3,100 g, Talla 32 cm. 
1944 Tierra del Fuego
De complexión robusta. Hasta los cinco meses alimentado a puro pecho. La primera comida fue una sopa de glucena en caldo de carne y verduras. Con frecuencia después de la sopa me tomaba una mamadera de pelargon. Al quinto mes me di cuenta que podía ponerme boca abajo y levantar la cabeza, y casi de inmediato salí gateando. A los once meses me puse de pie y comencé a caminar, primero afirmado en los muebles y luego con buen equilibrio propio. Al año el peso de 11.500 g, estaba indicando más músculo que grasa.  Fui bastante sanito con el apoyo de las vacunas contra todas las pestes. 
Los primeros 7 años de mi existencia fueron bastantes movidos, dado los  sucesivos traslados de domicilio entre Santiago, Punta Arenas, Tierra del Fuego, Bahía Blanca, Argentina y vuelta a Santiago para entrar al colegio. Periplo que me permitió experimentar, desde el frio y nevado sur del mundo al seco y caluroso clima de la pampa.
1945 Tierra del Fuego
Con el desarrollo de la conciencia del acontecer, fueron quedando en mi memoria distintas “aventuras” infantiles y de adolescente, entremezcladas en el tiempo que ocurrieron. Una emoción intensa provocaba el cruce del estrecho de Magallanes, con un viento terrible y olas que pasaban por sobre la barcaza. Desembarcados en Porvenir, después de tanto zangoloteo el mareo de tierra no te lo quitaba nadie.   No menos movidos eran los cortos viajes aéreos a la isla.  
Instalados en la casona enorme de los abuelos “El Cañadón”,  pasábamos  de  diciembre a marzo, de clima más benigno y algo menos ventoso, que permitía estar sentado en “la pélela” respirando aire puro. Más al invierno nos acompañaban los pingüinos. 
Ya más grande la máxima fascinación era el “trabajo”, durante los días de la esquila de las ovejas, arriando los piños desde el campo hasta los galpones, distribuyéndolos en los corrales y apisonando vellones de lana para, luego, enfardarlos. Otra tarea entretenida era salir a mariscar  durante las horas de baja marea. Al retirarse el mar quedaban expuestas las piedras, debajo de las cuales  encontrábamos enormes erizos, choros y “mauchos” (especie de lapa pequeña) muy abundantes por esos años.  Tarea que estaba muy a mano por la cercanía de las casas  de la estancia a la pedregosa playa. El nombre, Bahía Inútil,  se debía a la poca profundidad de sus orillas, que impedía el atraque de las naves encargadas del cabotaje de la producción de lana, destinada al mercado mundial de Londres. 
Un nuevo cambio de domicilio y de clima ocurrió el año 1946 al trasladarnos  a la Estancia  “La Buena Esperanza” , también del abuelo materno, localizada a varios kilómetros de la ciudad de Bahía Blanca, Argentina. Es aquí, donde pasaríamos las vacaciones anuales hasta finalizar la secundaria en 1959, gozando de la vida de “peón gaucho”, el día entero de a caballo, recorriendo la hacienda de vacunos “Aberdeen Angus” y cazando piches (armadillos) que asados al fogón, le daríamos el bajo al día siguiente.
1950 The Grange School
De vuelta a Santiago a fines del año 1949, sufrí un verdadero shock con el cambio de la vida campesina por la citadina y la rutina del colegio. La resistencia a este cambio fue de corta duración. En aquellos años la relación padre – hijos era harto diferente, el respeto a los mayores y la rígida disciplina eran estrictas. El punto de inflexión fue muy claro, a la salida de casa  de impecable uniforme, me negué a caminar, decisión que duró escasos minutos después de una palmaba, con sangramiento de narices, vuelta a la casa para cambiar la camisa y luego partir al colegio. Desde entonces me quedo claro que el estudio era muy importante y además, obligatorio. 
Así fue como comencé los estudios primarios en Chile, inicialmente, por año y medio, en el colegio Saint Gabriel, en la calle Almirante Pastene, en Providencia, cercana a nuestra casa. 
1953 The Grange School
Entre 1950 y 1953 estuve matriculado en el colegio “The Grange School”, cuyas preparatorias funcionaban en una casa en la calle Miguel Claro casi esquina de Eliodoro Yáñez.
Al poco tiempo el colegio se trasladó a las nuevas dependencias en la calle Príncipe de Gales en la comuna de La Reina, imponentes edificios y sobre todo extensas superficies con las canchas para distintos deportes, en especial fútbol y rugby. La importancia de la educación física y los deportes en este nuevo colegio fueron evidentes. Me fue bien en los estudios, pero mejor en el futbol, por lo cual fui ascendido a capitán del equipo del curso por Mister Walter Maning, profesor de educación física y entrenador, y en alguna oportunidad árbitro del fútbol profesional chileno. 
En el Grange tuve de compañero a Luís Fernando Vera Sobrino, con quien hice muy buenas migas. Los recuerdos más vívidos surgen de los cumpleaños que celebraban distintos compañeros del curso, en la casa de los Vera Sobrino en la calle Diagonal Oriente, en el palacete de los Falabella y la mansión del “Gordo” Vidarra. 
Pero  a fin del año 53, con la tristeza de perder los amigos de curso, recibí la noticia que habíamos sido matriculados en un nuevo colegio, a partir de marzo del año siguiente, el Liceo Experimental “Manuel de Salas”, perteneciente a la Universidad de Chile. Las dificultades de ingreso a este destacado colegio, fueron superadas por la amistad que tenía mi padre con el Rector de la Universidad.  El bajo costo de la matrícula anual, solucionaba los costos del colegio privado, a igual calidad de educación. Luego de cursar los 6 años de secundaria egresé en diciembre de 1959. 
Al mes siguiente vino la prueba de fuego, el bachillerato, que lo aprobé con un buen puntaje, al igual que otros compañeros de cursos paralelos, que en marzo 1960 ingresaríamos a Medicina: Sergio Iturriaga, Alfredo Melo, y Samuel Torregrosa.
Las exigencias de la carrera ahora serían mayores, en especial los dos primeros años con los densos ramos básicos y pre clínicos, sin ver enfermos y más encima con algunas asignaturas relacionadas con las matemáticas.
Al fin llegó el tercer año con las asignaturas clínicas, en especial Semiología en el Hospital Félix Bulnes, aprendizaje que ahora surgía del contacto con la persona enferma, a quien nos acercábamos  temerosos  e inseguros. 
Finalizando las asignaturas de primero a quinto año, ya éramos un proyecto de médico, ahora preparados para tener pacientes a cargo como internos de sexto y séptimo año. Opté por realizarlo en los servicios clínicos del área sur, que además me permitía participar como Auxiliar –Técnico, (cargo pagado), en las campañas contra las diarreas estivales, principal causa de una alta mortalidad infantil en aquellos años. 
En junio de 1966 me prorrogan el contrato, ahora para apoyar las distintas actividades del Servicio de Traumatología, con pocos especialistas  y un progresivo aumento en la  demanda de consultas por accidentes.
1975 Paris. Médicos Becados
Este cargo, siendo aún interno, determinó mi opción por la Ortopedia y Traumatología. Incluso un par de meses antes de tener el diploma de médico – cirujano en 1967, fui contratado con un cargo 22/28, a cumplir en el  servicio de Traumatología del Hospital Trudeau y en la Posta del Barros Luco. 
Durante el internado un fundamental evento de vida fue mi matrimonio con Teresa, felizmente casado hasta el día de hoy. Criamos tres hijos Cecilia, Claudio y Carla, que nos han dado tres nietos Nicolás, Diego y Florencia, todos grandes ya. 
Mis labores asistenciales muy pronto se mezclaron con la docencia y la academia, de esta forma en 1971 como especialista del recién inaugurado Hospital del Trabajador, tuve la posibilidad de una estada de seis meses en Paris, Francia , experiencia fundamental en la  determinación de mis líneas de trabajo posteriores.
Con la experiencia clínica de 16 años, asumí  tareas de gestión asistencial como directivo.
Entre 1983 y 1986 como jefe del Servicio Clínico de Traumatología de la Asistencia Pública de Santiago. Tres años más tarde, en diciembre de 1986 asumo como Médico Director del Instituto Traumatológico a solicitud de la autoridad superior del Servicio de Salud Occidente. Nombramiento respaldado por el Ministro de Salud Dr. Winston Chinchón, compañero de curso y amigo. Cargo que ejercería por 14 años. 
1985 Santiago de Chile
Todo el año 1983 fue de intensa y estresante actividad; asistencial en la Posta Central, societaria asumiendo la Presidencia de la Sociedad Chilena de Ortopedia y Traumatología y organizativa, como Secretario General del Congreso Latino – Americano de la especialidad realizado en Chile en noviembre de1985
En cuanto a la gestión académica, en 1997 asumo la Dirección del único Departamento de Ortopedia y Traumatología de la Facultad de Medicina, por dos periodo. Al cabo de treinta y tres años de docencia activa y publicaciones varias, en el 2001 alcanzo la jerarquía de Profesor Titular de la Universidad de Chile. 
En el año 2012, junto con acogerme a retiro, tomo la decisión de suspender de forma definitiva y total mi actividad quirúrgica, en beneficio y seguridad de los pacientes.
1977
En los últimos años he mantenido una activa  participación en educación continua a distancia, dirigiendo  dos diplomas de la Facultad de Medicina de la U. de Chile en uno de los temas que he desarrollado con predilección: la Neurortopedia Clínica.
1965 Yadran L.A.F.
1963 Consejeros Universitarios con Presidente del Futbol
Entre las actividades extra curriculares, el deporte, en especial el futbol, ha sido  una actividad importante, tanto como jugador aficionado (de regular brillo), como dirigente del centro de deportes de la Facultad de Medicina en 1962.
Por esos años el Club Deportivo de la Universidad, a nivel nacional, tenia gran importancia. Reunía todas las disciplinas deportivas y los estudiantes de las 15 facultades y al futbol profesional.  
La entidad directiva máxima del club era el Consejo General, integrado por 12 Presidentes de los Centros de Deportes de las distintas Facultades, y 12   Consejeros profesionales,  egresados de la U, elegidos por votación de los socios.   
Respondiendo  a la interrogante  ¿“Qué fue de mi …… en este medio siglo”? , puede resumirla en una sensación de plenitud en todos los aspectos de la profesión, agradecido de mis pacientes, de mis maestros, de mis compañeros de curso y de trabajo y de mis alumnos y discípulos. Y sobre todo agradecido por el incondicional apoyo de Teresa. 

Santiago, 10 de Mayo de 2017

2 comentarios:

CovidCaliColombia dijo...

Mi maestro en la formación como Ortopedista excelente ser humano trasmitió sus conocimientos en forma práctica y diáfana, es para cualquier médico un referente que en mi caso fomentó todos los valores para ser médico especialista y mejor ser humano gracias mi maestro por mostrarme junto a mi tutor Dr Luis Rahausen Moreno gracias gracias y mil gracias por estar en mi vida. MARLON BURBANO HURTADO

Unknown dijo...

Un coordial saludo al Dr Miguel Gacic.
Lo Recuerdo siempre en mi vida tras una operación que realizó en mi columna L4 - L5 S1. Me alegro saber de él y que esta bien. Le deseo mucha felicidad junto a su familia. Un abrazo a la distancia.

Saludos