ALGO DE MI VIDA por Bernardo Kaliks Litvak

ALGO DE MI VIDA

por Bernardo Kaliks Litvak

Estimado Alfredo:

En primer lugar quero agradecer a todos aquéllos que se han preocupado por mantener en nosotros alguna conciencia del grupo que fuimos y que de alguna manera somos. 

Mi salud ha sido buena, con excepción de una severa hipoacusia bilateral que, si con dos buenos aparatos puedo olvidar en una conversación en un grupo pequeño de personas, te hace imposible el participar en algún evento de mayores proporciones. 

Profesionalmente aún estoy activo, pero sólo en un consultorio particular. 

Como fue solicitada alguna biografía de todos nosotros, entonces quiero compartir algo de la mía.

En ella tiene mucha importancia el hecho que poco antes de comenzar mi residencia en neurología y durante ella tuve conocimiento de problemas relacionados con la naturaleza del conocimiento científico; un mundo desconocido se abrió ante mis ojos, el pensamiento de que nuestra visión del mundo depende de ese conocimiento científico, tan obvio hasta ese momento, me fue mostrado de una manera invertida: la ciencia que tenemos es fruto de una visión del mundo (simplificando excesivamente la cosa). Eso me provocó estupefacción y estudié diversos aspectos de una teoría del conocimiento. Estos aspectos, algunos de ellos convencionalmente conocidos pero ignorados en la práctica, representaban una línea de pensamiento que me fascinó, una línea cuidadosamente examinada por un grupo de personas constituidas como un movimiento: el movimiento antroposófico. 

Penetrando más en esos aspectos descubrí rápidamente que esa metodología del pensamiento científico tenía y tiene expresión en las actividades prácticas de la cultura  educación, medicina, agronomía, ciencias sociales, etc., etc. 

Y obviamente me interesó mucho ver como es una medicina que incluye en sus raciocinios esos puntos de vista. Así interrumpí mi residencia e partí para Europa, recorriendo diversas clínicas (en Suiza y Alemania) donde se practicaba tal medicina, y manteniéndome ahora siempre en el espacio de la medicina interna. Estando en esas fui invitado una vez a ayudar en la instalación de un trabajo de esa naturaleza en São Paulo y así volví a Sudamérica, donde acabé quedándome, hasta hoy. Aquí crecieron y se formaron mis hijos (una nació en Santiago, el otro en Suiza), y tengo dos nietos y dos nietas maravillosos, también ya grandecitos. 

Un camino así, algo tan diferente, por lo menos a primera vista, obviamente no fue fácil y sin la ayuda y el apoyo de mi esposa no habría podido recorrerlo.

Con un abrazo cordial

Bernardo Kaliks.